martes, 22 de junio de 2010

PROTECCIONISMO AGRICOLA ¿A QUIENES AFECTA EN VERDAD?





Actualmente la United Nations Conference on Trade and Development (UNCTAD) reconoce que las materias primas agrícolas son el medio de subsistencia de más de 2 mil millones de pequeños productores, lo que genera dependencia, vulnerabilidad y otros impedimentos para el desarrollo económico. De 141 países en desarrollo, 95 dependen en más del 50% de la exportación de productos básicos.[1]
Estos hechos explican la atención que se le está otorgando a los productos primarios en la conferencia de la UNCTAD, y la presión que ejercen varias organizaciones ciudadanas que están realizando campañas para demostrar los impactos negativos de los malos términos de intercambio y de los esquemas proteccionistas en los países industrializados.
El proteccionismo agrícola ha mantenido fuerte vigencia. Como es sabido, el proteccionismo agrícola es mucho más acentuado en los países desarrollados que en los países en desarrollo y que en los países pobres, tanto por la variedad de productos que incluye como por la suma de recursos utilizados a tal fin.
Según informe realizado por la ORGANIZACIÓN MUNDIAL DEL COMERCIO (OMC) A pesar de la reducción del proteccionismo agrícola en la década del noventa, de la ronda Uruguay del GATT y de los acuerdos de la OMC (WTO), su cuantía y sus efectos continúan siendo muy significativos.[2]
Y tal ha sido el caso que el crecimiento agrícola de los países en desarrollo se redujo a un 2,2 por ciento anual durante los últimos diez años, en comparación al 3,4 por ciento registrado en la década anterior. Si bien el comercio agrícola ha crecido en términos absolutos durante la última década, su participación en el comercio total se redujo a menos de un 10 por ciento.

La política proteccionista de los países desarrollados hacia su propia agricultura, con altos precios internos de sustentación, fuertes subsidios, altas tarifas arancelarias y diversas y numerosas medidas no arancelarias, limita la demanda de los bienes provenientes de los países en desarrollo, y convierte a los países en desarrollo en importadores.
En una de las reuniones del encuentro patrocinado por la Organización de las Naciones Unidas, el Grupo de los 77 dio a conocer un informe según el cual los países industrializados dedican a los subsidios agrícolas inversiones seis veces mayores que las concedidas a la Ayuda al Desarrollo.[3]
Según el recién publicado informe Las Barreras Comerciales de la Unión Europea son Mortales, del Centro para la Nueva Europa (CNE), La Unión Europea, Estados Unidos, Japón y Canadá representan alrededor del 75% de la producción mundial y son los mercados más grandes de exportaciones de los países pobres. La UE destruye las ventajas comparativas de los países pobres en alimentos y textiles, principalmente por medio de altos aranceles que promedian el 20% y alcanzan hasta el 250%. Luego, la UE mantiene subsidios agrícolas masivos, llamados Política Agrícola Común, por un total de $41.000 millones al año, o sea de $14.000 dólares anuales por cada agricultor europeo.[4]
Esos subsidios también provocan inmensos excedentes agrícolas, de los cuales los europeos se deshacen volcándolos en el mercado internacional, deprimiendo deslealmente los precios y poniendo en peligro la supervivencia de los campesinos no subsidiados de los países en desarrollo. Una de esas locuras es el hecho que la UE gasta $3.000 de dólares al año subsidiando la azúcar de remolacha y, al mismo tiempo, le fija un alto arancel a la muy barata azúcar de caña de los países pobres.
Los pequeños productores de los países en desarrollo sufren diversos tipos de perjuicios generados por las políticas agrícolas de los países ricos. Los subsidios a la producción que se otorgan en el norte reducen los precios de los productos agrícolas. Al no poder competir con sus rivales subsidiados, los productores agrícolas más pobres del mundo se ven forzados a abandonar los mercados internacionales, e incluso a veces los nacionales.

Asimismo el documento de la Comisión Económica Para America Latina y el caribe (CEPAL) agrega que los países en desarrollo pierden alrededor de US$ 40 mil millones por año por menos exportaciones debido al proteccionismo agrícola de los países desarrollados. Sin trabas proteccionistas, las exportaciones agrícolas de los países en desarrollo se triplicarían. La mayor pérdida la tienen los países de América Latina, alcanzando a US$ 14.70 mil millones.

También, la CEPAL señala que la pérdida de ingresos netos de los países en desarrollo por el proteccionismo agrícola de los países industrializados por región expresado en millones de dólares anuales es de alrededor de US$ 24 mil millones, de los cuales América Latina pierde US$ 8.26 mil millones, es decir, la mayor cantidad.

El documento agrega que los países menos desarrollados enfrentan aranceles más altos
sobre sus exportaciones a los países industrializados (2.5 veces más alto). Además, los países industrializados se aplican entre sí aranceles del 1% sobre sus importaciones de
Manufactura, pero cobran 5% a las provenientes de Asia del Este, 6% a las del Medio Oriente y 8% a las del Sur de Asia, lo que atenta contra sus posibilidades de desarrollo.[5]

Las investigaciones hechas por la organización mundial del comercio (OMC) han demostrado que como sector, el agrícola absorbe en el hemisferio una considerable porción de la población económicamente activa, a la vez que participa con un elevado porcentaje en el producto interno bruto (PIB) de las economías y en sus exportaciones. El comercio agrícola en el hemisferio occidental totaliza US$ 299 billones, representando 30% del total del comercio agrícola mundial y 9% del volumen comercializado en la región.[6]

De manera tal que no es de extrañar que la agricultura sea para muchos países una cuestión estratégica, y que la eliminación de los subsidios a la producción y a la exportación sean asuntos muy sensibles. Resultado de ello, por ejemplo, los importadores netos de productos agrícolas, —quienes dependen fuertemente de importaciones de bajo costo—, se resisten a la eliminación de incentivos a las exportaciones del mundo desarrollado; mientras que países como Brasil y Argentina, en tanto, para los cuales la agricultura es un sector competitivo y con un gran potencial para generar superávit en el balance comercial, trabajan por una mayor liberalización.

Las distintas posiciones en torno a la liberalización del comercio agrícola parecen resultar difíciles de conciliar y el sector es hoy el más decepcionante de todos en materia de negociaciones; un sector en el cual la mayoría de los obstáculos parecen haberse sido encontrados y en el que los países desarrollados continúan implementando importantes barreras tarifarias y no tarifarias al comercio, y cuenta con políticas económicas que distorsionan los patrones de producción.[7]

Es notorio que las normas que aplica el norte en materia de restricción de las importaciones y subsidios a la producción explican dos de las características del sistema mundial del comercio agrícola que se mantienen intactas dentro del marco de la globalización: lento ritmo de crecimiento y predominio continuado de los países industrializados. El proteccionismo agrícola de los países ricos les permite inclinar los mercados en su favor. Los aranceles y las barreras comerciales excluyen de forma rutinaria a los productos de los países en desarrollo. Otras barreras no arancelarias, tales como reglamentaciones fitosanitarias que no son transparentes, ofrecen también impedimentos adicionales a los agricultores pobres que procuran ingresar al mercado global.
Mabel Watson
Estudiante de Relaciones Internacionales


[1] United Nations Conference on Trade and Development
www.unctad.org
[2] www.wto.org/indexsp.htm
[3] www.onu.org.uy
[4] El mortal proteccionismo agrícola europeo
Richard W. Rahn es Director del Center for Economic Growth y académico asociado al Cato Institute.
www.cne.org/esp_about2.htm
[5] Comisión Económica Para America Latina y el caribe
cepalnacionesunidas.com.ar
[6] organización mundial del comercio
www.omc.org
[7]Las normas sanitarias pueden representar grandes escollos para exportar bienes agrícolas hacia los países desarrollados. Véase, como ejemplo de una de las tantas anécdotas, la odisea comentada por Cohen (2004): “Como un mango tardó 14 años en llegar a EE.UU”, The Wall Street Journal Americas, junio 4, p. 6.

2 comentarios:

  1. Hola estoy buscando los aranceles que hoy tienen los paises desarrollados para proteger a sus productos agricolas, para un trabajo practico, te agradeceria si me pode ayudar para eso.atte.Ériac

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  2. ¿En Que Consiste El Proteccionismo En El Sector Agrícola.?

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