lunes, 14 de junio de 2010

Globalización: ¿Internacionalización o Desnacionalización?









“Lo que hoy en día se vende como ciencias económicas
es en realidad una ideología, una religión…”

Joseph Stiglitz



El fenómeno Globalización marcó el inicio de extensas disputas, debates y desacuerdos internacionales en torno a un todo: para unos la historia, para otros las relaciones y para mí: la realidad. En el asiático,ésta es la oportunidad de crecer y desarrollarse, mientras que en el latinoamericano, es ocasión de apasionados e intensos discursos ante lo que considera un peligro. Pero ante el nuevo escenario de creciente interdependencia entre los países desarrollados y los países en desarrollo, se resalta la necesidad inminente de solidaridad entre ellos, a fin de conseguir en beneficio mutuo.

Según el Fondo Monetario Internacional (FMI) "La globalización es una interdependencia económica creciente del conjunto de países del mundo, provocada por el aumento del volumen y la variedad de las transacciones transfronterizas de bienes y servicios, así como de los flujos internacionales de capitales, al tiempo de la difusión acelerada y generalizada de tecnología". Con ello, asumimos de inmediato un significativo aumento de la producción global, habiendo espectaculares cifras que ratifican la validez y vigencia de dicho fenómeno: de acuerdo con la OMC[1], en el 2008 el PIB mundial real aumentó en 1.5%, equivalente a 60 587 016 millones de dólares[2] (a pesar de la recesión económica), incremento que está indudablemente relacionado con el rápido crecimiento del comercio internacional.

De acuerdo al profesor Jordi Canals de la Universidad de Navarra “el aumento espectacular de los flujos de bienes, servicios e inversión directa entre países ha sido posible gracias a la reducción de los costes de transporte y comunicaciones y a la extensión generalizada del libre comercio…la internacionalización de la empresas ha provocado una expansión sin precedentes del comercio mundial y ha contribuido a la globalización de los mercados”[3]. Otros beneficios que podemos resaltar de dicho fenómeno es el crecimiento de la Inversión Extranjera Directa (por ejemplo, pasó de $500 billones en 1980 a $4 100 billones en 1998, según la UNCTAD) y el acrecentamiento de los movimientos internacionales de capital, que de acuerdo a cálculos del FMI, para 1996 el flujo neto hacia los países en desarrollo era de $79 000 millones.

Todo ello se traduceen diversas mejoras en cuanto a precios, cantidad, calidad y variedad de bienes y servicios ofrecidos a consumidores cada vez más exigentes en la satisfacción de sus necesidades básicas y creadas. Asimismo, el progreso es perceptible para los países en desarrollo cuando su crecimiento económico depende de las exportaciones… y cuando las empresas multinacionales crean empleos en sus países, por lo general con salarios superiores a los de otros empleos que requieren aptitudes similares[4]. Es decir, estamos ante lo que Wolovick considera como una gran red de relaciones con una dinámica autónoma. Y se considera autónoma porque requiere de la menor presencia de un Estado regulador, del incremento de la libre competencia y la mayor influencia del sector privado.

Pero entonces, ¿la globalización es homogenizar el modus vivendi del mundo a través del intenso intercambio comercial? Es erróneo pensar que sí, puesto que el fenómeno no está evolucionando de manera equitativa. Como prerrequisito de incorporación a la nueva economía mundial, en cada país es necesario asegurar un sólido marco institucional y una política de orden que se adapten a la nueva condición internacional de “aldea global”, considerando que la globalización producirá algunos perdedores, especialmente aquellos incapaces de concertar su propio destino. Para países como Nicaragua, la globalización conducida desde los países desarrollados, no ha significado una inserción simétrica entre naciones, es decir, que dicho proceso no ha tomado en cuenta las realidades y particularidades socioeconómicas de su economia (caso de los Tratados de Libre Comercio, el marco legal, el gasto público, las políticas tributarias)[5] y como consecuencia no ha podido aprovechar el fenómeno de la globalización.

Contrario a lo que difunde el FMI y el Banco Mundial, no existen fórmulas mágicas que por sí solas conduzcan a un país a la exitosa inserción en la globalización y alcanzar sus beneficios, basta con estudiar el caso de la “alumna ejemplar” Argentina. Más bien, el éxito o fracaso está ligado en mayor medida al tipo de políticas económicasespecíficas que se aplicaron en las diferentes experiencias de apertura e inserción externa. Así pues, como explica Joseph Stiglitz, en su ensayo El malestar de la globalización “…la globalización -la supresión de las barreras al libre comercio y la mayor integración de las economías nacionales- puede ser una fuerza benéfica y su potencial es el enriquecimiento de todos, particularmente los pobres; pero también creo que para que esto suceda es necesario replantearse profundamente el modo en el que la globalización ha sido gestionada, incluyendo los acuerdos comerciales internacionales que tan importante papel han desempeñado en la eliminación de dichas barreras y las políticas impuestas a los países en desarrollo en el transcurso de la globalización.”

Y reconociendo que hoy día hay mayor riqueza en el mundo gracias a dicho fenómeno, cabe preguntar: ¿Dónde?: ¿En el primer mundo? ¿En el segundo? ¿En el tercer mundo? En opinión del profesor Michel Tissot, de la Universidad de Santiago de Cali, “La consecuencia de este proceso ha sido la conservación y reproducción de la pobreza en diferentes puntos geográficos del planeta. Se trata en realidad de un mundo de socios desiguales, donde los más poderosos fijan las reglas del juego y poseen los medios para hacerlas cumplir, al tiempo que los más débiles deben someterse a las mismas…. De hecho, el enfoque de la llamada globalización no es más que el pretexto para justificar la expansión planetaria del capital transnacional”. Por ejemplo, en el actual orden comercial mundial, los países desarrollados sostienen barreras que reprimen el intensivo flujo comercial en aquellos productos o servicios en los que los países en desarrollo tienen ventajas comparativas de costo, como por ejemplo productos textiles y agrícolas.

Sin embargo, este fenómeno conlleva más que sólo números y estadísticas, porque si se pretende eliminar barreras para los bienes y servicios, esto no siempre sucede con las grandes murallas para las personas (sin perjuicio de las integraciones regionales) donde se trata de dificultar cada vez más el acceso a empleos a los no connacionales, y con el pleno conocimiento que la valía del talento humano es vital para la “era global”. Actualmente, el capital procura su expansión, es decir, internacionalización, proceso que consecuentemente desnacionaliza al pueblo, su credo, cultura, idiosincrasia y mentalidad, eso si, sin pretender redituarlos con los mismos beneficios que éste obtiene, aún a sabiendas de las externalidades que provocan, ya que se trastoca irreversiblemente la vida cotidiana.

En conclusión, la visión del fenómeno globalización puede ser positiva: somos una unidad (aunque en la diversidad, que debe interactuar constante y permanentemente, lo cual es estupendo pues nos permite complementarnos en distintas maneras). No obstante, hay que redirigir el resultado quese persigue, o por lo menos, el que debería perseguir, pues los grandes intereses económicos particulares han sido y siguen siendo el motor que esta creando a la vez importantesavances junto a graves problemas para la humanidad: el cambio climático, la crisis alimentaria, la dependencia de combustibles fósiles y las crisis financieras. No hay pues, dentro de nuestra realidad de “mundo global”, más alternativas que entendernos unos con otros: los unos, aprender de las experiencias económicas exitosas para lograr una inserción a la dinámica actual, que depende en gran medida de la actitud de la población y sus organizaciones ante el impostergable reto de prosperar; pero sin que el capital olvide el fin último de la economía, que es lograr el mínimo nivel deseable de bienestar general paratodos los pueblos, una globalidad.


Tatiana Gabriela Morales Toval
Estudiante de Relaciones Internacionales


[1]Véase Informe Estadísticas del Comercio Internacional 2009, OMC
[2]VéaseWorld Development Indicators database, World Bank, 2009
[3]Véase Canals, Jordi. Globalización. Hacia la Interdependencia. Biblioteca IESE de Gestión de Empresa, Universidad de Navarra. Barcelona, España, 1996. Págs. 14-15
[4]Véase Programa Pensemos globalmente: Lecciones efectivas para entender la interdependencia de la economíamundial. IMF Center

[5]Véase Romero Molina, José Luis. Globalización: conceptos y perspectiva en Nicaragua. Centro interuniversitarios de estudios latinoamericanos y caribeños, CIELAC- UPOLI. Managua, 2007. Pág 3.

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