viernes, 4 de septiembre de 2009

¿Es posible eliminar la pobreza en Nicaragua?: algunas claves




Seguramente todos los actores políticos, económicos y sociales de Nicaragua están de acuerdo en que el mayor problema del país es la pobreza. A partir de este consenso general es donde empiezan las discrepancias: ¿Qué se entiende por pobreza? ¿Cuál ha sido la evolución de la pobreza a lo largo de los años? ¿Cuales son las políticas más adecuadas para reducir la pobreza?. Las respuestas a estas preguntas ya no son unánimes y viene bien hacer ciertas aclaraciones.

En primer lugar hay que definir que se entiende por pobreza. Pobreza debería definirse como la carencia de recursos económicos para cubrir las necesidades básicas de una persona, y que ésta pueda llevar una vida digna. Podemos hacer definiciones más amplias y complejas basadas en una visión multidimensional de la pobreza pero eso hace que se confunda y desvíe en muchos casos la atención del problema principal, dando lugar a estrategias y políticas que se dispersan y que no terminan siendo un paradigma de eficiencia en la resolución del problema. Es como si para resolver un problema matemático en vez de simplificar una ecuación la complicáramos más, llegaríamos a cualquier resultado menos a la solución. He observado, también, que hay cierta confusión entre la causa de la pobreza (la falta de renta) y sus consecuencias (falta de educación, salud, nutrición, vivienda, etc.). Es importante que a la hora de actuar, igual que lo haríamos con una enfermedad, seamos conscientes de que tratar la causa es mucho mas eficaz que tratar los síntomas, que si bien alivian, raramente sanan al enfermo.

Una vez propuesta una definición de pobreza que simplifique el tratamiento del problema llegamos a una segunda pregunta: ¿Qué nivel de recursos económicos son suficientes para considerarse fuera de la pobreza, es decir, para que un ser humano o una unidad familiar cubran sus necesidades básicas. ¿Cuál es la renta mínima que podemos considerar razonable? Se ha acuñado un concepto generalmente aceptado de que vivir con mas de dos dólares supone estar fuera de la miseria, este concepto no parece el más adecuado dado que dos dólares no tienen el mismo valor en términos de capacidad adquisitiva en el Congo o en Nicaragua, por poner un ejemplo. Un concepto de canasta básica que incluya no sólo alimentos sino salud, educación, vivienda, gastos de luz y agua, si parece que nos acerca más a lo que puede considerarse una renta digna.

Otra dificultad que se plantea a la hora de analizar el problema es la falta de estadísticas consistentes y generalmente aceptadas en las que se pueda ver en que periodos y con que políticas se ha reducido, o no, la pobreza. Sin este elemento el riesgo de seguir aplicando políticas incorrectas se multiplica.

Definida la pobreza, sabiendo que parámetros se pueden utilizar para su medición y que políticas son las más beneficiosas para darle una solución, quedaría establecer la estrategia a seguir para su reducción y en última instancia su eliminación. ¿En que principios se debe basar una estrategia para que se alcance el resultado deseado? Como indica la extensa literatura sobre el tema, se requieren elementos como la apropiación por el país, una buena administración de los recursos y la alineación y armonización de los actores externos para suplir la falta de ahorro e inversión.

Hay otros aspectos importantes y menos analizados, como que, siendo realistas, la reducción de la pobreza es un problema de largo plazo. Se debería crear un plan de desarrollo a largo plazo que defina las etapas y las prioridades a seguir. Esta planificación plantea el problema de que existen periodos de gobierno de 5 años y al cambiar los gobiernos cambian las estrategias y las políticas. No se da tiempo, en muchos casos, a que se ejecuten los programas económicos y sociales programados, con el alto coste, la falta de estabilidad y predecibilidad que esto supone. Una estrategia seria de reducción de la pobreza debería estar basada en un plan a largo plazo, entre 15 y 20 años. Debería ser consensuado por los actores políticos, económicos y sociales, con el compromiso de que la reducción de la pobreza se convierta en una cuestión de estado y quede fuera de controversias partidarias. Habría que llegar a acuerdos en las políticas económicas y sociales, pero más importante que hacer énfasis en unos u otros aspectos, sería el hecho de dar continuidad a los trabajos, con la consiguiente credibilidad de la clase política ante los ciudadanos y terceros (donantes multilaterales, bilaterales y ONGs). Esta estrategia redundaría, además, en el aumento de los recursos asignados por los donantes y aumentaría la eficiencia en el uso de los mismos. Dada la importancia de los recursos aportados por los donantes a Nicaragua, más de un 40% del presupuesto del estado, las relaciones con los donantes deberían estar definidas en la estrategia general mediante mecanismos de trabajo acordados por todas las partes.

Quedaría de esta manera definida una metodología de trabajo a la que habría que darle un contenido, básicamente con dos políticas que son claves en la reducción de la pobreza.

En primer lugar la política económica. Más que hacer énfasis en los aspectos macroeconómicos, que no son sino un requisito necesario pero no suficiente, y a veces contraproducente para paliar las crisis y fomentar el crecimiento económico, las políticas económicas deberían centrarse en la modernización del aparato productivo. Una estructura económica, como la nicaragüense, basada en una producción agrícola de bajo valor añado y altos riesgos inherentes a la actividad (catástrofes naturales, sequías, plagas, etc.), que importa la gran mayoría de los productos manufacturados que consume su economía, no conseguirá alcanzar un superávit comercial que genere ahorro e inversión. La modernización del sistema productivo basado en las ventajas comparativas y competitivas de Nicaragua no debería ser tan complicada si el sector privado esta abierto a este cambio y el gobierno aplica políticas públicas que lo apoyen. Crear una agroindustria que incremente una producción más elaborada: conservas, derivados de la leche, alimentos congelados, por dar algunos ejemplos. Desarrollar el sector turístico o la promoción de las nuevas tecnologías, llevaría a que se alcancen niveles de desarrollo similares a los de ciertos países asiáticos. En los años 70 algunos organismos internacionales aconsejaban a Corea del Sur basar su economía en la agricultura, dado su gran potencial de desarrollo, sobre todo en arroz. Afortunadamente los coreanos impulsaron un crecimiento industrial y tecnológico apoyado por políticas públicas, y una cultura de anteponer el interés general al particular, que les permitió modernizar el país y entrar en el club de países desarrollados.

En segundo lugar tendríamos que asegurar que el beneficio de este crecimiento se reparte entre el conjunto de la población. Esto hace imprescindible una política fiscal redistributiva, basada en la imposición directa, que permita reducir la brecha social existente entre los más ricos y los más pobres, consolidando una clase media que es la base de toda sociedad desarrollada. Una señora de los países escandinavos con la que tuve el placer de coincidir en un curso en la Universidad de Columbia, me decía que ella no podía entender como en una ciudad como Nueva York hay personas durmiendo en la calle. En su país ella pagaba el 50% de su salario en impuestos pero eso no ocurría. Un sistema fiscal que nos lleve a una cultura social como la nórdica, en que sus ciudadanos están orgullosos de pagar impuestos para que nadie se encuentre en la indigencia, es cuestión probablemente de décadas pero, quizás, si tomamos ese camino lo que no se pudo conseguir con una revolución se pueda conseguir con sentido común, responsabilidad, acuerdos, trabajo y honestidad.

3 comentarios:

  1. Ante todo felicitarte por este blog, muy interesante, espero que siga con exito.
    Estamos de acuerdo que en Nicaragua hay que modernizar el aparato productivo, pero el Gobierno (y los donantes) que pueden hacer? No olvidemos que Corea del Sur sigue protegiendo y subsidiando el arroz, y no porque se lo digan los organismos internacionales. La agricultura en Corea y Japon son las mas protegidas, y caras del mundo. Muchos paises del Milagro Asiatico aceleraron su crecimiento cuando la intervencion del estado disminuyó. No toda la politica impulsada por el Gobierno es un exito. Al contrario, en la gran mayoria de los casos, las politicas industriales han sido un fracaso. En el mundo, en general, los sectores cuya productividad crece mas son los sectores no protegidos ni subsidiados. ¿Como puede saber un Gobierno cuales son los sectores productivos donde hay que invertir los escasos recursos publicos para que generen retornos y externalidades a toda la sociedad?
    Entonces volvemos a la pregunta ¿Que debe hacer el Gobierno para modernizar el aparato productivo?, porque estamos claros que hay un rol muy importante que el Gobierno puede y debe jugar (la moda del "laissez-faire" ya pasó).
    ¿Politica fiscal redistributiva? Si, estamos de acuerdo, aunque en los paises Nordicos tambien haya distorsiones y no podemos considerarlos ejemplos validos para Nicaragua que está muy lejos economica y culturalmente.
    ¿Politica industrial ? No.
    Mas bien, ante todo, proteger y reforzar los bienes publicos, como las instituciones (justicia, seguridad, estado de derecho, educacion, salud, medio ambiente, etc.) y las infraestructuras. Infraestructuras fisicas (carreteras, red electrica, agua, etc) y reglamentarias (leyes y reglas que faciliten, no dificulten, la iniciativa economica y la innovacion).
    Todo esto, lo sabemos todos, no garantiza el desarrollo o la eliminacion de la pobreza, pero creo que seria un buen primer paso. Me parece que en Nicaragua queda mucho que hacer.
    Carlo

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  2. Estimado Carlo:

    Muchas gracias por tus comentarios, creo que abren debates muy interesantes sobre cual debe ser un modelo de desarrollo para Nicaragua. Te contesto en dos partes porque el comentario solo admite 4000 caracteres.

    En lo que respecta a la estructura económica Nicaragua es un ejemplo claro de cuales son las causas de su subdesarrollo teniendo en cuenta solamente factores económicos, es decir asumiendo que hubiera una gobernabilidad adecuada. Al igual que en otros países de Latino América, y hablo muy en general siempre hay excepciones como los países petroleros, podemos ver que los países latinoamericanos han tenido en épocas de crecimiento económico como la anterior a la crisis un crecimiento económico muy por debajo de los países asiático. ¿Por qué? Básicamente son economías agrícolas cuyas exportaciones (café, azúcar, banano, carne, etc.) tienen unos precios históricos en los últimos 20 años (no nos fijemos en problemas coyunturales de oferta y demanda que han producido subidas puntuales de los alimentos) a la baja. Mientras todas sus exportaciones (productos industriales, químicos, maquinaria y tecnología) tienen precios históricos al alza. Esto supone unos deficits comerciales que se deben financiar y que producen pobreza y emigración a largo plazo. Para superar esta situación es claro que cada país latinoamericano dentro de sus características debe buscar su modelo de desarrollo y no es lo mismo Brasil que Honduras. Pero esencialmente tienen que buscar desarrollar industrias de mayor valor añadido que el agrícola y con un componente tecnológico lo mas alto posible. En esto los países asiáticos son un ejemplo claro. En los años 60 estos países tenían una renta per capita similar a la de Nicaragua pero hoy por ejemplo Corea del Sur es un país desarrollado y eso se ha debido a las decisiones que se tomaron en aquella época de industrializar el país creando industrias con un alto valor añadido y tecnológicamente muy avanzadas como la industrias de semiconductores. Este modelo no podría haberse realizado sin el apoyo del estado que estableció políticas públicas de apoyo masivo a estas industrias y a la creación de grandes conglomerados industriales como Daewoo, Samsung, etc. En aquella época Corea era un país agrícola y desde instancias internacionales se le animaba a aumentar la producción de productos agrícolas como el arroz. Yo me pregunto si Corea del Sur tendría la misma renta per capita hoy en día si hubiera establecido un modelo económico enfocado a aumentar la producción agrícola en vez de la producción industrial. Y si hubiera podido crear la estructura industrial que tiene sin la ayuda del estado con políticas publicas y subvenciones.

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  3. En lo que respecta a la fiscalidad para mi el ejemplo de los países Nórdicos es un modelo porque tiene los niveles de bienestar mas altos del mundo para el conjunto de su población y además están en los primeros puestos del ranking mundial en competitividad, lo que desmiente que una presión fiscal alta este reñida con la competitividad. Creo que esta es la aspiración de cualquier modelo económico, dar el mayor bienestar posible al mayor número de ciudadanos. A veces quizás se olvida. Por eso en el debate fiscal no hay que perderse en problemas coyunturales, si se quiere poner las bases para un sistema fiscal que contribuya a la cohesión social y al desarrollo se tiene uno que fijar en los modelos que funcionan, y ser consciente que esa es una meta a largo plazo y que llevara un proceso largo alcanzar estos niveles. Lamentablemente Latinoamérica no es un ejemplo de reformas fiscales bien hechas y eso sigue creando populismo, subdesarrollo, inestabilidad social y criminalidad. Países como Perú con un alto crecimiento económico en los últimos años ha realizado reformas fiscales que han fracasado en estrechar la brecha en la renta per capita y como consecuencia descontento y problemas sociales a pesar de su crecimiento económico.
    Por ultimo esta el tema de la cooperacion ¿Cuál ha sido su contribución al desarrollo del país y como puede contribuir en el futuro? Quizás Nicaragua por los altos niveles de cooperacion que ha tenido desde los años 80 y ser un país pequeño es un escenario en el que se puede ver con mas claridad que en otros el impacto de la cooperacion. Todos podemos estar de acuerdo que en el periodo 1990-2008 la pobreza no se ha reducido en el país. Algunos hablan de una reducción de 2 o 3 puntos porcentuales que, en caso de que fuera cierto, no me parecen significativos sobre todo si en términos absolutos eso supone un incremento de unos 500.000 pobres dado el crecimiento demográfico. Por tanto y dado que la cooperacion al desarrollo ha supuesto en este periodo entre un 12 y un 20% del PIB del país, creo que hay que reflexionar seriamente y revisar las estrategias de reducción de la pobreza.
    Hace unos meses hubo una presentación muy interesante de Naciones Unidas realizada por uno de sus economistas, el Sr. Vos sobre el grado de cumplimiento de los ODM en Latinoamérica. En el que indicaba que no necesariamente los avances en la meta 6 y 7 (educación y salud) suponían un avance en la meta 1 (reducción de la pobreza) de los objetivos del milenio. Es decir que el apoyo en los objetivos 6 y 7 ayudan a conllevar la pobreza pero no necesariamente ayudan a reducir la pobreza, lo que supone un asistencialismo que puede no ser beneficioso en el largo plazo. Mi impresión, que habría que verificar con algún estudio riguroso y evidencias, es que los ODM han creado mucha confusión y se han marcado muchos objetivos que distan de ser realistas y prácticos en términos de ejecución por los distintos actores de la cooperacion, que dispersan sus esfuerzos en muchas metas. ¿ No seria mejor concentrarse en mejorar el ingreso de las poblaciones mas pobres y que por medio de este ingreso se creara desarrollo sostenible que como consecuencia mejorara la recaudación fiscal, la educación, la salud y demás ODMs?

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