Las turbulencias que sufren los mercados emergentes han golpeado a
Latinoamérica con mucha menor severidad que a otras regiones, como Turquía o
Rusia, pero lo cierto es que los inversores empiezan a buscar alternativas de
rentabilidad a la región.
“Latinoamérica es uno de los grandes damnificados por la volatilidad de los
mercados”, aseguraba esta semana José Ramón Perea, economista del Centro de
Desarrollo de la OCDE, durante la presentación del informe de perspectivas del
organismo sobre la región en Madrid. “Y uno de los que más salidas de fondos
registran, tanto en deuda como en cartera, cada semana. Están saliendo unos
14.000 millones de dólares a la semana de la región frente a los 9.000 millones
que se registraron el pasado mes de mayo” [cuando la Reserva Federal explicitó
por primera vez su intención de empezar a revertir la política monetaria ultra
expansiva], señalaba Perea. El dato es en términos brutos.
Así lo confirma el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), que agrupa
a los principales bancos privados del mundo y monitorea de cerca la evolución
de los flujos de capital. En su último informe sobre la evolución de la
inversión hacia los países emergentes, Latinoamérica es la única región que ve
revisada a la baja las previsiones de entrada de capitales tanto en 2013 como
en 2014, frente al aumento que se prevé para las economías emergentes de Asia,
Europa y el continente africano.
De hecho, las bolsas de México y Perú se encuentran entre las que peor
comportamiento han registrado en el último mes entre los emergentes; cuatro de
las seis divisas que más valor han perdido en ese tiempo son latinoamericanas,
con el peso argentino a la cabeza con un 20%; y los diferenciales de la deuda
de la región respecto al bono estadounidense han vuelto a aumentar en este mes,
frente a la estabilización de la deuda de los países de Asia emergente, como
recuerdan los analistas de Capital Economics.
En términos netos, el IIF prevé que la inversión
extranjera en la región se estabilice en 2014 y 2015 en torno al 5% del PIB
pero establece una clara diferencia entre los países que conforman el Mercosur
—Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay y Venezuela— y los que acaban de sellar
la denominada Alianza del Pacífico —México, Colombia, Perú y Chile—. “Unas
políticas prudentes, fundamentos sólidos y una mejora de las perspectivas
exportadoras harán de los países de la Alianza del Pacífico, con mucha
probabilidad, los principales receptores de inversión extranjera en la región”,
sostiene el IIF en su informe. “Por el contrario, Argentina y Venezuela
seguirán sufriendo la presión externa al hilo de la preocupación de los
inversores por su marco político desequilibrado y su debilitada posición en
reservas”, subraya. La inclusión de Brasil entre los países más vulnerables a
la actual coyuntura no es tan claramente compartida por otros analistas.
Aunque los inversores establezcan ahora diferencias
entre quienes han hecho los deberes y quienes no, las razones de ese menor
atractivo inversor son comunes a todos los países: la reducción en el volumen
comercial, la moderación de los precios de las materias primas y la incertidumbre
en las condiciones financieras y monetarias globales. Todo ello, a su vez,
consecuencia de consecuencia del débil crecimiento económico de la zona euro,
del menor dinamismo de la economía china y del impacto de un eventual
endurecimiento de la política monetaria de los Estados Unidos, como recuerda la
OCDE en su informe.
Para Enrique Alberola, coordinador de Asuntos
Internacionales del Banco de España, este proceso forma parte de la
normalización que afronta la política monetaria ultraexpansiva puesta en marcha
por las principales economías desarrolladas para hacer frente a la crisis
financiera. “América Latina fue la región que más se benefició de la
recuperación relativa de los flujos de capitales hacia los países emergentes y
ahora esos flujos se han reducido en todo el mundo. Pese a eso, las economías
de la región no se están viendo limitadas en su acceso a la financiación,
aunque sí tienen que pagar precios más caros”, admitía. Un factor que, sin
duda, añade dificultades al control del déficit por cuenta corriente y del
déficit fiscal y que explica, en parte, decisiones como la adoptada esta semana
por el gobierno de Brasil de reducir recorte de los gastos del presupuesto por
44.000 millones de reales (unos 13.500 millones de euros). “El objetivo es la
consolidación fiscal, que contribuirá a reducir la inflación y hacer viable un
crecimiento sostenido del país”, explicaba el ministro de Hacienda, Guido
Mantega.
La brecha regional que se observa en la inversión
extranjera también seguirá aumentando en términos económicos. Según Juan Ruiz,
economista jefe para América Latina de BBVA, Los países de la Alianza del
Pacífico registrarán un crecimiento en torno al 4% este año frente a algo menos
del 2% en el caso de las economías del Mercosur. En conjunto, la región se
aproximará este año, según la OCDE, a sus tasas de crecimiento potencial, del
3%, “un nivel claramente insuficiente para resolver los problemas de equidad
que tiene la región”, apuntaba Perea.De hecho, Alberola arrojaba dudas sobre el
escenario macroeconómico que afronta la región al señalar que el crecimiento
potencial de la región puede haber visto afectado al alza por el precio de las
materias primas, lo que supondría que ahora que esos precios se moderan “Lo que
se ha producido sobre todo es una pérdida de lustre en la región que en
contraste ha sido ganado por las economías avanzadas”, sostiene el director del
Banco de España.
“Hay que impulsar las reformas 2.0, las que promueven el
crecimiento, no solo las que lo permiten como en el pasado”, señalaba Ruiz.
Porque la región presenta un problema evidente de productividad, por un lado, y
de baja recaudación fiscal, por otro. “Mientras la brecha de productividad
frente a los países desarrollados se ha reducido en Asia, en la mayoría de los
países latinoamericanos ha aumentado en los últimos años. Es uno de los retos
principales que afronta la región”, admite Mario Pezzini, director del Centro
de Desarrollo de la OCDE. Toca ponerse las pilas.
Economia.elpais.com/economia/2014/02/21/actualidad/1393013595_432522.html
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