viernes, 3 de septiembre de 2010

NICARAGUA Y LA CONSECUCION DE LOS OBJETIVOS DEL MILENIO

Nicaragua sigue siendo el segundo país más pobre de América Latina después de Haití. Aunque algunos logros económicos han reducido la escala y la severidad de la pobreza en Nicaragua, esta sigue siendo muy alta con un 46 por ciento de la población viviendo bajo la línea de la pobreza[1]. Para alcanzar los objetivos de desarrollo del milenio (ODM), es preciso acelerar el ritmo de los avances. El principal reto para el desarrollo es acelerar el crecimiento económico durante un periodo sostenido y asegurar que los beneficios de dicho crecimiento se distribuyen de manera amplia por medio de una modernización del sistema fiscal que lo haga más progresivo y permita aumentar el gasto social.

En los años previos a la actual crisis económica el crecimiento anual del PIB de Nicaragua había sido modesto. Entre el 2002 y el 2006, el crecimiento del PIB promedió fue de 3.2% anual, ó el 1.3 % en términos de renta per cápita. Si bien este crecimiento esta en línea con la región centroamericana, está por debajo del promedio alcanzado por otros países de ingreso medio-bajo en el mundo.

La estructura económica de Nicaragua se basa en la producción agropecuaria (café, azúcar, carne) con variaciones de precios muy fuertes e históricamente a la baja. Esto ha producido un déficit estructural en la balanza comercial del país que en el 2008 alcanzó los 2.798 millones de dólares un 18,1 % más que en 2007
[2]. Ni las remesas (850 millones en 2008) ni la cooperación internacional (con una media anual de unos 600 millones de Ayuda Oficial al Desarrollo) ni la inversión extranjera directa (600 millones en 2008) han logrado equilibrar su balanza de pagos.

Con la actual crisis económica el crecimiento en el 2009 fue de menos 1.5% del PIB
[3] y la previsión para el 2010 es de entre un 0% y un 2%. Esto va a dar lugar a un retroceso en el cumplimiento de los Objetivos del Milenio y a un incremento de la pobreza.

Entre 1993 y el 2005 Nicaragua experimentó un ligero descenso en los niveles de pobreza. La pobreza total se redujo entre 1993 y el 2001 en un 2 por ciento y desde entonces continúa en el 46%
[4], sin embargo e en términos absolutos esto supone unos 500.000 pobres más debido al crecimiento demográfico.

En las áreas rurales ha habido algunos avances, con una reducción de la pobreza que pasó de un 76 % a un 69 % entre 1993 y 1998. A pesar del poco avance en la reducción global de la pobreza, ha habido una reducción de la extrema pobreza, de un 19 % en 1993 a un 17 % en 1998 y a un 15 % en el 2005.

La inequidad es uno de los problemas mas graves del país, que en el año 2000 reflejaba una disparidad entre las rentas de los más ricos y los más pobres que se incrementaba en un 35% después del pago de impuestos y seguridad social.

En lo que se refiere al cumplimento de los ODMs, el objetivo 1: la reducción de la pobreza extrema, es de señalar que según el dato que ofrece el Banco Mundial en el 2009 es del 15.8%, cuatro puntos porcentuales más de lo que se proyectó en el 2005 para el 2010. Esto significa que a 5 años del objetivo del milenio, y observando que la pobreza extrema ha aumentado en 1% desde el 2005, es improbable que se pueda alcanzar este objetivo.

El único indicador que se ha alcanzado en el país es la erradicación del analfabetismo y probablemente se puede alcanzar el acceso al saneamiento. Es difícil que se logren las demás metas: reducción de la mortalidad infantil en menores de cinco años, la reducción de la desnutrición crónica, el incremento en el acceso al agua potable, la reduccion de la mortalidad materna y el acceso a los servicios de salud reproductiva.

Nicaragua sólo puede esperar avanzar en la reducción de la pobreza con un crecimiento económico significativamente mayor. Durante el periodo entre 1993 y 2005, Nicaragua mostró una elasticidad en el crecimiento de la pobreza de -0.4 para la pobreza total y de -1.1 para la pobreza extrema. En base a estas elasticidades, el crecimiento anual del PIB de Nicaragua tendría que promediar un 5.5 % a partir de ahora hasta el 2015 y acompañarse de una reforma del sistema fiscal, que mejore la distribución del ingreso.

En lo que respecta al gasto publico social debería incrementarse en los próximos 5 años entre un 3.6% y un 4.7% del PIB para poder alcanzar los objetivos del milenio según se movilicen recursos externos o se financiara con impuestos. El aumento de la eficacia en la ejecución del gasto público podría reducir sustancialmente estos costes. Es necesario, además, un esfuerzo concertado por parte de todos los actores públicos y privados, un buen entorno de gobernabilidad y una mejora de la eficacia y un incremento y de de la Ayuda al Desarrollo para acelerar los avances en la reducción de la pobreza.

Los cambios esperados en la estructura de la población representan una oportunidad para Nicaragua. El descenso en el número de hijos dentro de cada familia, aumenta la posibilidad de tener disponibilidad de mayores recursos para cada miembro del hogar, lo que podría llevar a mejores índices de nutrición, salud y de educación.

A nivel macroeconómico, este cambio en la estructura de la población implica un aumento en la base potencial de impuestos de rápido crecimiento. Para que estos/as jóvenes contribuyan a la producción y recaudación fiscal, es importante que encuentren un empleo adecuado. La población en edad laboral (15- 64 años) crecerá sustancialmente: de 2.2 millones en 1995 a 4.2 millones en el 2015. Esto representa un incremento promedio anual de 95,000 personas. Cerca del 73-78% de ellos necesitará empleo, lo que significa que se requiere la creación de un promedio de 80,000 empleos por año para mantener ocupada a la población económicamente activa. Dos terceras partes de estos empleos se necesitaran en las áreas urbanas. La creación de tantos nuevos empleos significará un desafío para Nicaragua. Es posible que sea considerablemente más fácil aumentar los niveles de ocupación si estos trabajadores son adecuadamente capacitados y equipados con destrezas empresariales, de manera que puedan contribuir al proceso de creación de empleos, así como insertarse en las actividades económicas y productivas dinámicas. Si se descuida la educación, el crecimiento de la población en edad de trabajar podría fácilmente volverse una desventaja, con un gran número de jóvenes desempleados en áreas urbanas.

A cinco años del cumplimiento de los ODMs hay que empezar a preguntarse si estos eran los objetivos adecuados para tener el mayor impacto posible en la reduccion de la pobreza. Algunos objetivos parecen claramente insuficientes. Otros poco específicos o realistas. Y otros no tienen un vinculo claro con la reduccion de la pobreza. Esto da lugar a una clara ineficacia e ineficiencia en la asignación de los recursos disponibles que además son insuficientes. Trabajar en tantos objetivos, sin metas e indicadores bien definidos, ha dispersado los esfuerzos de los donantes y no ha ayudado a tener una visión clara de cuales son las áreas claves de intervención para erradicar la pobreza.

[1] Dato recogido de la “Estrategia de asistencia al país de la republica de Nicaragua” del Banco Mundial. 15 de agosto del 2007
[2] Fuente: Banco Central de Nicaragua
[3] Fuente: Estimación de Funides
[4] En 2005, según el Banco Mundial, el 46% de la población de Nicaragua era pobre y el 15% se ubicaba en el segmento de pobreza extrema. Dos años después el Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional, a través del INIDE, publicó sus propios datos y según éstos, la pobreza y pobreza extrema ascienden oficialmente al 48% y el 17%, respectivamente. El Banco Mundial prevé sacar nuevos datos de pobreza en el 2010
[5] El cuadro de seguimiento es del año 2005. No disponemos de datos consistentes para hacer un cuadro comparativo mas reciente.